Cuando recién comenzaba la cuarentena, cansados de estar encerrados y con el comienzo del invierno, queríamos tener un lugar especial en nuestra casa para disfrutar del verde y de la familia. Nos sentamos en el parque y empezamos a imaginarnos un jardin seco, con sillones y un fuego para que el frio no nos impida disfrutar del momento. Al día siguiente, pusimos manos a la obra.

Quedamos tan contentos con el resultado que empezamos a profundizar sobre el tema, para poder hacer nuestro propio fogonero. Era realmente increible cómo aprendíamos algo nuevo diaramente. Despues de mucha investigación pudimos crear nuestro propio fogonero. Y así se formó el modelo Whiland, tan caracterizado por su contraste entre el fogonero negro y su llanta oxidada como base.

A nuestros amigos les gustó tanto el resultado que nos invitaron a desarrollar éste emprendimiento. Y acá estamos hoy presentándoles nuestros fogoneros y muy contentos de haber creado algo bueno en la cuarentena ya que encontramos algo que nos encanta hacer. Esperamos que puedan disfrutarlos con sus seres queridos, como hacemos nosotros hasta el momento!